Los posibles ataques a los teléfonos móviles de virus o malwares suelen pasar más desapercibidos para los usuarios. Tendemos a pensar, erróneamente, que son los ordenadores los más susceptibles de ser infectados. Pero lo cierto es que nuestros smartphones también son vulnerables ante los ataques informáticos.
Aunque no hay ningún sistema operativo que sea completamente inmune a la acción de virus o malwares, lo cierto es que hay algunos más vulnerables que otros. El sistema de código abierto de Android, por ejemplo, lo convierte en uno de los más vulnerables.
La mayor parte de estas acciones maliciosas tienen como objetivo rastrear la actividad de los usuarios cuando navega por internet, controlar su actividad en redes sociales o incluso acceder a información personal como pueden ser los datos bancarios.
Detectar la presencia de un virus o malwares en nuestros dispositivos no siempre es fácil. Las personas especializadas en este tipo de softwares tan peligrosos suelen crearlos tratando que su actividad pase completamente desapercibida.
La mejor forma para saber si tienes un virus en tu teléfono móvil es contar con un buen software antivirus que lo proteja. Gracias a estos programas, en el momento en que exista cualquiera amenaza se procederá a la notificación y el bloqueo de los elementos que puedan poner en riesgo tu seguridad.
Pero además de la actividad de los programas antivirus hay otra serie de aspectos relacionados con el propio rendimiento del dispositivo que puedes analizar y que son indicadores de una posible presencia de malwares.
El primero de ellos es el tráfico de datos del smartphone. Un incremento considerable en este consumo puede estar relacionado directamente con los ataques de virus. El incremento de este volumen no siempre está relacionado con la presencia de malwares. Muchas veces desconocemos el consumo que van a hacer las aplicaciones que nos descargamos y puede que ese incremento venga de la ejecución de una nueva app. No obstante, si de repente notamos cualquier incremento atípico deberíamos estar alerta. Más aún si no hemos instalado recientemente ninguna aplicación en nuestros teléfonos.
Otro de los indicadores está relacionado con el consumo de batería del dispositivo. Los softwares maliciosos ejecutan recursos que nos pasan desapercibidos que provocan un incremento en el consumo de batería.
También están relacionados con la presencia de malwares los problemas de navegación. Si a pesar de incluir una dirección en el navegador el teléfono te redirige a otras de forma recurrente o incluso si nos aparecen ventanas emergentes solicitando que hagamos determinadas acciones (como introducir datos personales) nuestro teléfono puede estar infectado.
¿Cuáles son los ataques más frecuentes?
Uno de los más habituales son los intentos de phising en los que, los atacantes se hacen pasar por empresas o personas de confianza del usuario a través de lo que, aparentemente, puede ser una comunicación oficial como un correo electrónico o un mensaje de texto. Muchas veces con estas comunicaciones se solicita a los usuarios que hagan modificaciones en la configuración de sus teléfonos móviles de forma que los atacantes acaban teniendo acceso casi directo a su información.
Otro de los ataques más típicos es el provocado por los spywares. A través de estos sistemas se supervisa la actividad realizada con el dispositivo mediante un programa cargado en el teléfono. Es una de las prácticas que pasan más desapercibidas ya que estos programas cargados en los teléfonos en ocasiones se ejecutan en segundo plano tras la actividad de aplicaciones que son completamente válidas y seguras (al menos en apariencia).
El conocido como SimJacker es otro de los malwares que se suele infiltrar con relativa sencillez dentro de los teléfonos móviles. A través de un mensaje de texto los piratas informáticos se cuelan en las entrañas de los dispositivos para rastrear, entre otras cosas, la ubicación de los usuarios. En el peor de los casos, pueden llegar a tomar el control absoluto del dispositivo.
También son frecuentes los ataques por ransomware con los que se consigue bloquear sus archivos personales e incluso puede llegar a bloquearse el acceso total al sistema. Para poder acceder a esta información, el ransomware exige el pago de una cantidad de dinero para desbloquear el dispositivo. Aunque era un tipo de ciberataque bastante más frecuente en los ordenadores, en la actualidad también se ha extendido a los teléfonos móviles.
¿Cómo eliminar un virus en mi móvil?
Hay algunas prácticas que nos pueden ayudar a eliminar los virus de nuestros dispositivos como borrar los datos de navegación, eliminar las aplicaciones que nos resulten sospechosas, restaurar a una copia de seguridad anterior o incluso restablecer el dispositivo y configurarlo como nuevo.
A pesar de ello, con cualquiera de estas prácticas no siempre se consiguen eliminar los programas maliciosos. La ingeniería informática empleada por los hackers es muy avanzada y en la mayor parte de las ocasiones los softwares maliciosos están preparados para resistir a todo este tipo de acciones. En ocasiones, aunque se lleguen a borrar todos los datos de actividad y configurar el dispositivo como salido de fábrica, no siempre se consigue eliminar la actividad de los virus.
Muchas veces ni siquiera somos capaces de detectar cuál es el foco de la actividad maliciosa. Los virus y malwares están tan preparados que saber cuál es el punto de partida de su actividad no siempre es fácil. La forma más segura y eficaz para eliminar los malwares de nuestros teléfonos móviles es contar con un buen programa antivirus.
Con la acción de estos softwares se ejecutan rastreos en nuestros dispositivos (bien sea de forma manual o de forma automática) con los que detectan, bloquean y eliminan todo rastro de actividad sospechosa. Gracias a estos programas no sólo se consigue eliminar los programas maliciosos que ya están en ejecución en nuestros dispositivos, sino que se consigue prevenir y bloquear cualquier actividad que pueda poner en peligro nuestra seguridad. De esta forma conseguiremos mantener siempre protegida nuestra información personal más vulnerable y evitar que se haga un uso fraudulento de ella.